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viernes, 30 de marzo de 2012

El poder del nombre de Jesus

La mayoría de los cristianos sabe que puede usar el Nombre en la oración; pero no se imaginan la plenitud de lo que significa. Algunos repiten el Nombre; pero no les funciona; otros ni siquiera esperan que funcione; y después se preguntan porque no hay respuesta para sus oraciones. Sin embargo en Juan 16:23-24 Jesús dijo: “En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.” Esta si que es una declaración realmente asombrosa; todo lo que pedimos al Padre en el nombre de Jesús nos lo dará. Yo tengo la llave de mi casa; cuando llegó a mi casa puedo decir que abro la puerta; pero en realidad no soy yo sino que es la llave la que lo hace. En la oración también tenemos una llave que abre las puertas del cielo y sin la cual nos quedaremos solamente ante sus umbrales y esa llave es el nombre de Jesús. Tengamos en cuenta algo, en este verso dice claramente a quien le debemos orar; nuestra oración es al Padre en el Nombre de Jesús.
Nuestra oración no debe ser a Jesús; Él dijo: “En aquel día no me preguntaréis nada. . .todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre os lo dará”. No debemos orarle a los ángeles, muchísimos padres le enseñan a orar a sus hijos: “Ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día”. No se dan cuenta que les están enseñando idolatría a sus hijos, Cuando Jesús dijo: “En aquel día”, Él estaba hablando acerca del día en que vivimos hoy. Jesús hizo esta declaración antes de morir por nosotros en la cruz. Antes de dar inicio al Nuevo Pacto. Podemos parafrasearlo de esta Manera y darle un mejor significado: “En el día del Nuevo Pacto, ya no me pedirán nada; porque todo lo que pidan al Padre en Mi Nombre se los concederá”. Mientras Jesús estaba en la tierra, sus discípulos no usaban Su Nombre en la oración; es por eso que les dijo: “Hasta ahora, no han pedido nada en Mi Nombre”. Fue después que resucitó de los muertos, habiendo conquistado y despojado a las huestes del infierno y haberse sentado a la diestra del Padre; muy por encima de todo principado, autoridad, y poder, y Señorío, que llegó el tiempo en que la iglesia usaría esta Nombre tan glorioso en la oración. Ahora podemos pedir y recibir para que nuestra alegría sea completa. El pedir al Padre en el Nombre de Jesús garantiza la respuesta a nuestra oración

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