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Cristo dijo: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen (Juan 10:27). Romanos 8:14-16 nos declara: Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Si somos cristianos, el Espíritu Santo de Dios mora en nosotros (1ª. Cor.3:16). El ha avivado nuestro espíritu humano para poder comunicarse con El y recibir comunicación de Él. Demasiados cristianos viven como si fueran esclavos o mendigos en vez de hijos para con Dios y nunca anticipan oír Su voz. Más la Escritura continúa diciendo:
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. (Romanos 8:15-16)
Dios nos ha dado Su Espíritu, el cual otorga los nueve dones del Espíritu
Santo. El es el Autor de todos los nueve dones. Por eso todos los hijos de
Dios pueden profetizar (1ª. Corintios 14:31).
¿Por qué es, entonces que no todos los creyentes oyen igualmente la voz de Dios?
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